Capitulo 12
Ya me encuentro mucho mejor, puedo levantarme y pensar con
claridad.
Aunque hay una
cosa que no entiendo y no se lo he dicho a nadie, este...lo que sea donde
estemos. ¿Qué hace aquí? parece construido hace poco y, que yo sepa, no ha
habido nada tan peligroso como para construir esto hace mucho, almenas en
España. Sabéis, me encantan los libros de detectives y eso, y siempre he
querido investigar algo, así que me puse a ello...y no descubrí nada, aparte de
que esto está construido hace poco.
El humor del grupo
(y con eso me refiero a Nico y Sean) se ha calmado al ver que yo no les hago
caso. Sara, se está haciendo buena amiga mía, pero nunca me quiere contar nada
de donde vivía, o que hacía, etc. Eso es raro. Y Antonio, pues, me encanta ese
hombre, nos trata como si fuéramos sus hijos o nietos y siempre hace que todos
nos sintamos mejor, tiene algo especial. Un día le pregunte que porque nos
trataba así y siempre nos hacía bien sin esperar nada ha cambo y me dijo:
-Porque, un día,
hubo alguien que me trato a mí de esa forma, me amo tal como era y no me pidió
nada a cambio.
-y, quien fue?
-Fue Jesús el hijo
de Dios, el hizo todo eso por mí y también puede hacerlo por ti...
Yo asentí y salí
de la habitación.
Aún estoy pensando
en ese momento. No se por qué no respondí nada. Fue un momento, extraño.
Pero ya pensare
mejor en eso en otro momento.
Algo interesante
de estos días es que Sean se me declaro, y me pidió que fuera su novia, aunque
en estas circunstancias...sería una tontería. Le dije que puede que cuando todo
se solucionara, pues sí, pero ahora hay que centrarse en esto.
Parece que lo entendió,
aunque lo más interesante es que al día siguiente se repitió la escena, pero
con Nico.
Le dije lo mismo y
lo entendió, como alguien me lo diga otra vez al mismo rollo me pongo a gritar.
Aunque no creo, ya se han acabado los chicos aquí. Queda Antonio, pero, ya sabéis,
él no lo hará.
Ese día decidimos
que ya era hora de salir.
Fuimos al bosque,
de nuevo y como Antonio conocía un pueblo cerca, nos marchamos allí.
Caminamos no sé cuántas
horas, aunque no tantas comparadas con la de la caminata que hicimos antes,
hasta que llegamos.
No me dio tiempo a
fijarme el nombre del pueblo así que no lo sé. Fuimos a un hotel, ya que
Antonio trajo dinero y caí rendida apenas vi la cama.
Me deportaron con
una canción de cumpleaños, ¡se me había olvidado por completo! ¡Hoy es mi
cumple!
-Muchísimas
gracias, me había olvidado hasta yo, ¿quién os dijo que era hoy?
-Sean-
respondieron a la vez.
Oh Sean! mi fiel
amigo Sean ¡gracias!, eso ya se lo diré cuando estemos solos.
Hoy, fuimos a un
lugar muy elegante como para bodas y eso que, no sé cómo, Antonio conocía al
dueño y celebramos mi cumpleaños. Pero antes me fui de compras ¡Antonio es
genial!, ¿no? todo esto lo está pagando el.
Me compre un
vestido largo, rojo, con la falda estilo princesa de Disney (es que no sé cómo
se llama ese estilo)...era precioso. Sara se compró uno azul más ajustado muy
bonito, pero que no se comparaba al mío, aunque ella lo decidió, decía que hoy
yo tenía que ser la estrella.
Cuando terminamos
de comprar fuimos al hotel a cambiarnos y arreglarnos. Al terminar estábamos guapísimas,
más que eso, éramos dos princesas de cuento y también nos sentíamos así.
Cuando fuimos al salón
ese, me quede...sin palabras. Lo único que puedo decir es que nunca había
estado en un lugar más bonito.
Sean, Nico y
Antonio estaban vestidos con trajes muy elegantes. Pero no estábamos solos,
estaba la mayoría del pueblo ¡qué vergüenza! habían venido para mi cumpleaños y
yo ni les conocía pero, al parecer, Antonio sí.
Os resumiré esa
preciosa noche: Al principio estaba nerviosa, muy nerviosa. Pero al final
resulto muy fácil conocer a la gente, me trajeron una gran tarta de chocolate,
fresa, nata, etc. Y, al final, bailamos. Yo un rato con Sean y otro con Nico,
fue genial pero lo malo es que, para ellos, fue un tipo de competencia que, por
cierto, gane yo.
Pero la fiesta se
arruino en cuanto escuchamos un cristal romperse y gente armada y vestida de
negro entrando. Los hombres que intentaron capturarnos antes vuelven a la
carga.
Lo único que
se es que yo salgo corriendo fuera con una rosa en la mano que me regalo Sara.
Y sigo, y sigo corriendo hasta entrar muy dentro del bosque. Un soleado bosque
que da miedo. Me he perdido, no sé dónde estoy y, encima, con este vestido que
para correr esta fatal. ¿Qué voy a hacer?
No hay comentarios:
Publicar un comentario